del libro “El Guión Vincular”
Por el Lic Basconcelo Juan Carlos
La familia dividida
Por mucho tiempo se ha considerado a “La familia” como unidad indisoluble, como grupo unitario, compuesto de un “Padre”, una “Madre” y el o los “Hijos”. Pero desde un nivel o “tipo lógico” diferente, diferenciamos “Linajes” en reyertas, en interacción dialéctica, como la contradicción inherente a toda familia. De modo que asistimos a dos linajes en luchas, en inter-acción, y donde cada linaje sostiene, defiende y busca instalar sus propios modelos vinculares e insignias. Es la ruptura epistemológica que necesitamos fundamentar para entrever la verdad de toda familia. O mejor, “Disfamilias”, porque cada linaje implica la continuación de la larga cadena de eslabones que se suceden y donde cada linaje constituye en sí, un sistema de vida, un estilo, una organización simbólica poderosa, que cada “portavoz de linaje”-recordemos que Pichón Riviére habla de un “portavoz familiar”-busca legitimar. Ella lucha por instalar y legitimar su modelo de familia, sus insignias, estilos de pareja como “Pareja interna”, etc., así como Él, el suyo. Dos idiomas de familias, dos lenguas que implican más malentendidos que saberes válidos. El desencuentro de dos grupos familiares a través de sus respectivos portavoces, lleva a reyertas ineludibles. Ya no tendríamos el famoso “portavoz” del grupo familiar tal como nos lo enseñó Pichón ni el “Edipo” Freudiana puede ser el “triángulo” hecho y derecho donde la “estructura” aparece como ex nihilo. Para nada, y hay dos Edipos según consideremos el de la madre o el padre, quedando el pequeño “Edipo” entre dos bandos, entre dos idiomas, entre dos lenguas que, según el propio Lacan, no tienen mucha intención de “comunicarse”.
Mejor dicho, en materia de “familias” y “parejas” nos encontramos con una “Familia dividida” en dos linajes que continúan con sus insignias y estilos incluso en situaciones de reyertas extremos como las violencias de parejas. Dos modelos de mundos, de “sistemas vinculares”, de “Inconscientes vinculares” como cristalización histórica de vínculos, desde Pichón Riviére. Desde los modelos vinculares de “Papá”, obtenemos una versión de los procesos así como desde “Mamá”. El “portavoz” como emergente es ahora un “emergente transaccional” del desencuentro de ambos linajes, donde cada partenaire busca forzar o instalar sus propios modelos vinculares inconscientes. Pero aún, ésta perspectiva interlinaje de la familia y pareja nos cambia todo los procesos, como los de subjetivación, transmisión de vida psíquica a través de generaciones, las nosologías, los procesos de restitución o “curación”, etc.
El portavoz de un “Inconsciente vincular Interlinaje”
Esto es una elucidación a partir de la “Teoría del vínculo” (Pichón Riviére) y su desarrollo como “Inconsciente Vincular” como inconsciente propio del modelo Pichoniano”. En éste sentido y haciendo honor al modelo dialéctico de pensamiento de Pichón, avanzamos a parir de su modelo de familia a que no existe un portavoz que porte la voz oculta de un grupo familiar. No devela el acontecer grupal inconsciente y ni siquiera lo común. O quizás algo de lo común. No es el portavoz de una dinámica grupal familiar con una problemática determinada. Si consideramos la familia dividida por dos lenguas, por dos idiomas donde cada padre habla el suyo, sin considerar el del partenaire aunque, cuando lo hace, opera el “Filtro de linaje” que reduce lo diferente a lo homogéneo al propio linaje en forma narcisista, estamos obligados a hablar de dos visiones, dos conjuntos, el “A” de la madree y el “B” del padre, donde ambos luchan por “transmitirse” en sus hijos, en forma diferente, con estilos familiares diferentes, con ideales familiares también
diferentes, aunque con un sector de “Pactos” y acuerdos para coexistir en forma pacífica en lo manifiesto, aunque en lo latente, en el plano del “Inconsciente vincular”, la puja por ser, por instalar el propio modelo de familia, de amor, de crianzas, etc. Pero todo pacto, acuerdo etc., lo son en “Condicional”, por la “Seudocomplementariedad condicional” al propio estilo de pareja, de familia, y donde nadie cede sus insignias sopena de perecer ansiedades esquizoides como miedo a la pérdida y el miedo al ataque. Es decir, la vieja división esquizoide con sus ansiedades específicas.
En éste contexto, todo sujeto es portavoz de su linaje, al que es leal como “lealtad de linajes”, lo que lo conduce a la defensa de sus insignias, aún en el marco de síntomas, conflictos de parejas, violencias familiares, una adicción, y toda clase de males trasmitidos como “males de archivos”. Es decir, incluso tales males de archivos constituyen señas o marcas de identidad que el sujeto defiende. Mejor dicho, el sujeto articula ambos idiomas, ambas lenguas, ambos “Deseos de alienación” del otro al propio marco vincular y de linaje. Así, luchará por mantener, instalar, legitimar, etc., su propio modelo de amor, de pareja, de familia. Todos los símbolos se erigen en significantes a partir de estas referencias. El sujeto porta en su ser tales insignias, tal estilo de amor, de pareja y que busca imponer a su partenaire en el marco de ideales sociales de amor, de prejuicios sociales, de influencias mediáticas, culturales, etc. Es decir, en el marco del “Inconsciente social” desde donde recibe determinaciones como un modelo epocal de amor y pareja que interactúa con el del modelo vincular inconsciente del sujeto.
11 comentarios sobre “Socioanálisis Pichoniano”