Cuarentena virtual, Sociotraumatología y “Cuarta dimensión”

Lic. Juan Carlos Basconcelo

Sin dudas que desde la “Psicología Social de Emergencias” como propuesta de estudio de los “Emergentes traumáticos”, sorprendentes, inesperados, etc., podemos explicar esta cuarentena desde categorías científicas. Es un emergente traumático, un “sociotrauma”, si lo caracterizamos desde el “Socioanálisis Pichoniano” como estudio de lo social desde el concepto de “Inconsciente social” y la “Sociotraumatología”, como área de estudio de los traumas sociales. Desde el fondo velado de los procesos sociales, políticos, e internacionales, lo “siniestro” (Freud) emergió para el pánico de todos. Una amenaza localizado, una angustia con objeto, a contrario de la angustia indeterminada del que nos hablaba Freud, como en la fobia social. Sin dudas, una “fobia social” en curso, con mecanismos de evitación, de angustias, de miedo real. Y el miedo es de morir, de perecer víctima del virus mortal, que avanza, que aumenta su peligrosidad merced al sensacionalismo mediático, que maximiza los aspectos negativos, provocando un “Efecto de halo”, de “Efecto bola de nieves” que mientras rueda se va incrementando. Un verdadero trauma social desde la Sociotraumatología.¿ Cómo responde el sujeto materialista y hedonista de nuestro tiempo?. En los primeros momentos fue de incredulidad, la defusión maniaca, como negación de algo amenazante. Luego, huida fóbica, proyección del terror en una fantasía imaginada del virus. Pero, finalmente, intentos de “auto reparación”, de elaboración familiar, en las redes, de deseos de vidas, de luchas, de instrumentación de las técnicas defensivas básicas pero para enfrentar de manera contrafóbico al susodicho “asesino de masas”. Pasamos así de la negación de la pretarea de recuperarse, de seguir viviendo, de sobrevivir mientras el noticiero informa de muertes y más muertes. Es el horror de algo que queda inscripto como trauma colectivo, grupal, familiar, de cada uno.

¿Asistimos a procesos de reparación o de elaboración de tal trauma social? Sin dudas, su elaboración a través de las redes fue y resulta crucial. De repente, los pragmáticos, los acostumbrados al “cara a cara” de Cooley o Perl debieron centrarse en las redes, en el Whtasapp, en el Facebook, entre otros. Es decir, la centración en lo que dimos en llamar la “cuarta dimensión virtual”. Es allí donde las noticias, notas, opiniones, cifras, números de contagios pulularon pero sin visos de solución más que algunas noticias de posibles vacunas, del cifrado del genoma del virus, entre otros. En éste sentido, los “Grupos virtuales”, caracterizados por constantes de “espacio” y tiempo variable, lograron su personería, gracias al avance de la tecnología. Se multiplicaron intervenciones de todo tipo: ideológicos, políticos, profesionales, cursos, seminarios, participaciones, etc., trasmutado la vida cotidiana con la centración en el celular, la computadora. Es el “homo videns” (Sartori) que en forma decisiva se hace cargo de la revolución de la internet para enfrentar al covid. Es un refugio, es un lugar donde se espera ansioso, preocupado, temeroso, etc., la gran noticia, lo esperado, la cura para el terrible mal.

Como propuesta novedosa, el Centro Psicosocial propone seminarios, cursos, etc., que, por lo crucial de las propuestas, llevó a un “Efecto de distracción”, en una postura  “sublimatoria” del miedo real y angustiante. Y así, muchísimas personas se dedicaron al salto dialéctico hacia lo virtual, la dimensión virtual, las redes como “Grupos virtuales”, a “coordinaciones” de grupos Whatsapp, zoom, etc., haciendo honor a la nueva dimensión virtual que nos extrapola desde el campo de lo presencial hacia el campo virtual que vino para quedarse. Es decir, la “Sociocibernética” o “Psicología Social Virtual” tenía razón. La dimensión “Online” de las intervenciones, asesoramientos, proyectos de prevención, cursos, etc., está demostrando que muchos necesitamos una “Psicología Social Postmoderna” y sociotecnológicamente actualizado, con “Grupos Operativos Virtuales”, diferente a las clásicas, pero novedosas, porque hoy día, el “homo videns”, tiene como aspecto de su subjetividad, la tecnología que lo acompaña cada día.

¿Es lo mismo un “Grupo virtual” o un “Coordinador virtual” que uno presencial?. Sin dudas que no pero comparten similitudes y diferencias. Moreno decía que el “telé” como sentimiento a distancia es mejor que la transferencia pero ambas se manifiestan igualmente en el plano virtual. Porque, en definitiva, lo que importa es una aspecto de la definición de grupo desde Pichón: la mutua representación interna y constantes de espacio (virtual) y una tarea que constituye la finalidad.

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