Funcionalidad Social del Rumor

O.P S. Ma. Soledad Álvarez  – P.S. Lorena. N. Lugo

Hablar de aislamiento social desde la psicología social resulta una paradoja, realmente
contradictoria pensándola desde nuestro campo de acción que son los vínculos, el entorno y la sociedad misma en interacción; ya que hoy el aislamiento es la mejor opción de prevención.
La Organización Mundial de la Salud declaró que existía una pandemia, y con ella miles de muertes alrededor del mundo.
Comenzó así la neurosis, la psicosis y la incredulidad que la alerta nos causó debido a la
contingencia sanitaria, que entre otras cosas dejó sin escuela a millones de estudiantes,
sin trabajo a muchos y canceló por completo las actividades públicas. Mientras el
ministerio de Salud Pública remarcaba su pronta actuación, todavía hay quienes señalan
tal acción como una mentira o un invento. Los rumores fueron la verdadera pandemia:
conspiraciones de países, virus creados en laboratorios, números de muertos, etc…
Los rumores son considerados una acción colectiva de expresión y comunicación, en el
marco de lo que podría llamarse la teoría de la psicología de masas; pero dicha acción
(creación y circulación de rumores) tiene que ver con una movilización apoyada en el
creencia colectiva de algo, o resistencia en su caso, a partir de un enfoque teórico de la
identidad social. Básicamente tienen funciones cognitivas y emocionales en crisis, o
especialmente problemáticas, dando sentido, descargando tensión, creando pertenencia,
ofreciendo contención, proyectando estados de ánimo, introyectando creencias; en fin,
comunicando, pensando, sintiendo y expresando. Los rumores forman parte de una
acción colectiva.
Pero ¿por qué vamos hacia este punto? Para entender mejor el rumor y en la búsqueda
de un marco conceptual nos encontramos con la acción colectiva. Se puede afirmar que
los rumores forman parte de una acción colectiva en el sentido de que aglutinan a
individuos que actúan de manera conjunta y construyen una acción de alguna manera y
en cierta medida. No se trata de un fenómeno empírico unitario pero sí se crea una suerte de “nosotros colectivo”. Un estar juntos, en términos cognoscitivos, afectivos y
relacionales, en pluralidad y construcción constante.
Usualmente los rumores surgen por la falta de información o por la incongruencia y
confusión de la misma, las emociones suscitadas, etcétera. La ambigüedad o una
supresión de los criterios objetivos se traducen en un estado de incertidumbre interna en
los individuos. A partir de ese momento están predispuestos a someterse a la influencia
de los demás. Le Bon afirma: “En el alma colectiva se borran las actitudes intelectuales
de los hombres y, en consecuencia, su individualidad. Lo heterogéneo queda anegado por lo homogéneo y predominan las cualidades inconscientes”. El autor pone el énfasis en la sugestibilidad y en la credibilidad excesiva y contagiosa; unidad mental, sin sentido
crítico, con sentimientos irresistibles, exagerados y simples; instintos incontrolables;
irritabilidad e impulsivilidad; autoritarismo e intolerancia; sentimiento común a modo de supra-espíritu o alma colectiva de la masa; incapacidad de racionalización y mucha
imaginación; individuos que no distinguen la apariencia de la realidad.
La comunicación oficial de fuentes comprobables disminuyen la incidencia del rumor,
pero en la actualidad con el uso no controlado de las redes sociales el rumor recobra nuevo  significado. Cuando hablamos de las acciones colectivas, no debemos menospreciar la influencia de los factores económicos y sociales.
Moscovici dice:

“la ambigüedad o una supresión de los criterios objetivos se traduce en
un estado de incertidumbre interna en los individuos. A partir de ese momento están
predispuestos a someterse a la influencia de los demás”.

Así es como los grupos humanos reaccionan ante un estímulo, espontánea y transitoriamente, expresando ideas y emociones en forma de rumores que dejan aflorar instintos, exageran sentimientos, se sugestionan y contagian de creencias fijas, deseos no conscientes, liberan tensión, confunden realidad con apariencia, y quitan su responsabilidad personal y social; todo ello ante la incertidumbre y la ansiedad.
Consideramos dos tipos de circunstancias o necesidades primarias para la existencia y
propagación de los rumores:

1) las necesidades informativas y de explicación lógica o
racional desde la mente y la cognición; y,

2) las necesidades psicológicas ligadas al acto de comprender.. Sin por ello desconocer que ambas tienen que ver con el contexto cultural en general;(tiempo, espacio y grupo).Además, y por supuesto, con lo ya expuesto respecto de la acción colectiva, la identidad social y la psicología de masas, en este caso en la comunicación de los rumores como acto social discursivo. Subrayamos lo que aquí consideramos las dos necesidades básicas en el acercamiento a todo fenómeno, desde la experiencia cotidiana hasta el conocimiento intelectual: la explicación y la comprensión.
El rumor fructifica y corre donde hay falta de noticias, esto es, toma el relevo ante la falta de información. El caldo de cultivo es la población o la sociedad desinformada, o los
grupos y sectores opositores a algo, ideológica o culturalmente, social o políticamente
esto es, que sí hay información pero ésta no se cree, puede estar manipulada o ser
percibida como tal. En especial en momentos crisis y epidemias, momentos de gran
incertidumbre e inseguridad para todo el mundo. Por ello, resulta clave la información
clara y rápida para evitar los rumores, ya que de lo contrario existen preguntas y
respuestas de la gente que pueden inducir al rumor, pretendiéndose llenar la duda o el
vacío informativo.
Es complicado que la información, aunque sea suficiente, amplia, profunda y bien
difundida, cubra las inquietudes racionales y emocionales de la gente por la misma
naturaleza de la crisis; y aun con información “confiable” se puede dar lugar a la aparición de rumores, el rumor aparece inevitablemente como creación afectiva, cultural y comunicacional.
EL RUMOR es ante todo la necesidad emocional de comprender y expresar. Los rumores
son potentes movilizadores de la opinión pública y de las acciones colectivas. Lo mismo
que con las leyendas urbanas, el mundo de los rumores responde a ciertas necesidades.
Concluimos que los rumores constituyen una suerte de acción colectiva comunicativa,
con funciones informativas, explicativas, expresivas y emocionales, y hasta políticas y
culturales. Además, también como parte del reforzamiento identitario, en este caso de
resistencia social que se moviliza, aunque sea simbólica y discursivamente, desde la
desconfianza e incredulidad en la información oficial y en la credulidad de los rumores
como información anónima y de creación o recreación colectiva. En todo caso, que se
llame contagio, imitación, corrientes de opinión, poco importa; lo que cuenta es la acción
de vinculación que lo que contiene es la emoción de afecto, que es la que subyace.
La comunicación es vinculación, el rumor es comunicación y vinculación, y más allá de
contenidos semánticos, de la expresión de enojos y miedos, de la explicación del sin
sentido del miedo moderno, de la manifestación de desconfianza política en un gobierno,
en el desarrollo científico o en las nuevas tecnologías, lo que expresa por encima de todo
y de todos es la vinculación y el lazo afectivo que se crea en un momento de incertidumbre existencial o concreta.

2 comentarios sobre “Funcionalidad Social del Rumor

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