En 1975 el filósofo e historiador francés Michel Foucault publicó su libro Vigilar y Castigar que junto con otros escritos cambió la forma de analizar el poder de las ciencias sociales. Para desarrollar su análisis Foucault tomo un diseño desarrollado por Bentham para la construcción de las cárceles hacia fines del siglo XVIII, quien lo denominó panóptico.
El objetivo de la estructura panóptica era permitir a su guardián, guarnecido en una torre central, observar a todos los prisioneros, recluidos en celdas individuales alrededor de la torre, sin que estos puedan saber si son observados.
El efecto más importante del panóptico es inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantizaría el funcionamiento automático del poder, sin que ese poder se esté ejerciendo de manera efectiva en cada momento, puesto que el prisionero no puede saber cuándo se le vigila y cuándo no.
Este dispositivo debía crear así un «sentimiento de omnisciencia invisible» sobre los detenidos.
Con lo cual el panoptismo es la combinación de tres elementos: la vigilancia, el control y la corrección. Esta forma, que se ejerce sobre los individuos, se organiza a través de una red de instituciones.
Foucault le dio el nombre de “sociedad disciplinaria”. El científico francés afirmó que la población era el nuevo panóptico ya que con la mirada se lograba controlar, vigilar y disciplinar a las personas.
Estas situaciones la podemos ver fácilmente en nuestra vida cotidiana por ejemplo si una persona sale con su perro a pasear. Este hace sus necesidades en la vereda y el dueño no lo levanta. Todas las personas que estén a su alrededor sin decir ni una palabra solo con la mirada obligan al dueño a levantar el regalito de su mascota. Se puede apreciar en este ejemplo como con la mirada controlante y vigilante de la sociedad obligan a las personas a corregir su conducta por un patrón dado.
En la actualidad se puede ver un nuevo panóptico creado y alimentado por nosotros mismos las redes sociales (Facebook, twitter, Instagram, etc). Gracias al auge de las redes sociales, uno puede ver sus fotos, videos, pensamientos, tipo de relación que tiene, sus creencias, etc. En mayor o menor medida todos hacemos pública nuestra vida y de esta forma todos pueden saber a cada instante qué nos está sucediendo y qué ideología tenemos.
¿Estaremos pasando de una sociedad disciplinaria y normalizadora a una pública donde la vida privada tienda a desaparecer y lo que es peor por nosotros mismos sin darnos cuenta?
Fuente: http://milnovecientossesentayocho.blogspot.com
Me sorprende la forma interrogante. Son un panóptico desde hace ya unos años y hay abundantes ejemplos de ello. Los experimentos de modificación de las emociones en Facebook, la ingeniería social hacker, los conocimientos y técnicas de OSINT (Open Source INTeligence = Inteligencia de Fuentes Abiertas), el uso de los datos de navegación en marketing,… No sólo se trata de recopilar información y usarla para vender (como si esto no fuera ya un conocimiento enorme de las conductas y reacciones al contexto individuales y colectivas) se trata además de como influyen sobre nuestra conducta digital y real (el referéndum del Brexit y las elecciones que llevaron a Trump a la presidencia son quizá los dos ejemplos conocidos más graves responsabilidad de Cambridge Analytica). Mucha gente somos más o menos conscientes de ello aunque hay un meme con el rostro del gato Garfield cuyo texto afirma «no eres inmune a la propaganda».
Hay otro meme que me viene ahora a la cabeza, no se muy bien porqué. Está dividido en 4 partes. Cada una está titulada con el nombre de una red digital (por lo general Facebook, Instagram, LinkedIn y Tinder, pero puede haber variantes). En cada parte se coloca una foto que describe a la misma persona en cada contexto de esa red digital. Se usa para la descripción de personas, ideas o instituciones, por supuesto, siempre de forma satírica.
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