Alfredo Moffatt, sus Recuerdo y Anécdotas Juntos a Enrique Pichón-Riviere

Homenaje a Enrique Pichon-Riviere.

Entrevista a Alfredo Moffat. 10/08/2007-

Por Emilia Cueto

Dice Alfredo Moffatt:

“Fue el creador de la psicología social que, en este momento de crisis y destrucción del entramado social, es el enfoque que permite resolver la sociopatología.”

 

-Desde su óptica y su recuerdo, ¿quién fue Enrique Pichon-Rivière?

-Fue el creador de la psicología social que, en este momento de crisis y destrucción del entramado social, es el enfoque que permite resolver la sociopatología. Creó un concepto, no sólo de psicopatología, sino de sociopatología. Incluyó el macro-análisis y el grupo operativo que es el instrumento para reconstruir el entramado social y permite ir tejiendo lo vecinal y lo comunitario. Además grupo operativo es el instrumento eficiente para resolver la nueva problemática de la patología familiar.

-¿De qué manera se ha visto influenciado por el encuentro con su figura y su obra?

-Fue mi maestro fundamental porque me transmitió un nuevo paradigma en el enfoque de la problemática de salud mental. De base existencial donde el hombre es una historia que se proyecta hacia su futuro, esto permite afrontar la nueva patología basada en el concepto de incertidumbre, camino muy directo hacia la resolución de las crisis agudas.

-¿Cuáles son las características de su personalidad que para usted se recortan más vivamente?

-Su concepción humanista con una enorme sensibilidad para el dolor y su disponibilidad para curar fuera de los moldes académicos convencionales. Era un terapeuta desconcertante, desde su creatividad, por encontrar caminos alternativos. De Pichón se puede decir que, como un maestro Zen, transmitía sus saberes a través de anécdotas paradojales.

-¿Podría situar algún sesgo de su impronta en el psicoanálisis actual de nuestro país?

-Trajo al psicoanálisis y luego tuvo el coraje de cuestionarlo, por lo cual fue excluido de lo que él había fundado.

-Elizabeth Roudinesco lo destaca como el “verdadero padre fundador del freudismo argentino” y “el más grande analista argentino”, ¿acuerda con estas apreciaciones?

-Acuerdo totalmente

-¿Cuál diría que fue el aporte singular que Pichon-Rivière realizó a la A.P.A, siendo uno de sus fundadores?

-Cuestionarla y realizar la herejía de abrir el psicoanálisis a lo social.

-Pichon-Rivière también jugó un papel importante en la inserción de Jaques Lacan –a quien conoció en 1955– en nuestro ámbito a través de Oscar Masotta, ¿a su criterio qué fue lo que le despertó interés del maestro francés?

 

-Fue al revés, Pichón le dio a Oscar un artículo para que lo leyera y Masotta que venía del estructuralismo, lo desarrolló (aclaro, que tengo conocimiento de esto porque fui amigo de Masotta). Por lo que yo sé Pichón y Lacan se vieron muy pocas veces y no influyó en él.

-Dentro de sus desarrollos teóricos se recalca el de “enfermedad única” a partir del cual considera a la “depresión como situación básica patogénica y a las otras estructuras patológicas –configuradas sobre la base de una estereotipia de las técnicas del yo (mecanismos de defensa) características de la posición esquizo-paranoide– como tentativas fallidas e inadecuadas de curación”, ¿Cuál es su pensamiento sobre estas formulaciones?

-Con Pichón tenía una única disidencia que la confrontábamos, yo sostenía que la enfermedad única no era la depresión sino la fragmentación del yo, es decir la esquizofrenia. Yo suponía que era natural que estas hipótesis científicas nos separaran porque él tenía una base depresiva y yo una base esquizoide, (cada uno concebía el mundo desde su núcleo yoico más arcaico).

-¿Se podría pensar a la técnica de grupo operativo, que se gestó en el Hospicio de la Merced, como una herramienta precursora en el intento de un anudamiento posible en las psicosis?

Sí, el grupo operativo es usado en la terapia familiar del psicótico.

-Además de una importante inserción hospitalaria, interesado por la poesía, se nutrió del pensamiento Rimbaud y en especial de Isidoro Ducasse, Conde de Lautréamon, al tiempo que entabla relación con Roberto Art y Conrado Nale Roxlo, entre otros ¿De qué manera se jugaron en su obra esta búsqueda en los bordes creativos?

-Pichón me decía que su fracaso profesional era no haber sido poeta, incluso en su esquema terapéutico estaban incluidos estos personajes.

-Oscar Masotta ha expresado en relación a Pichon Rivière: “Su vida era una verdadera deriva y, de todos modos, nos concernía a todos de una manera u otra. El tenía algo de la imagen del Santo a quien se le perdona todo”. Seguramente Masotta habrá tenido sus razones para esta escritura, desde su perspectiva ¿cuáles serían las faltas a perdonar en Pichon?

-Que descuidó su salud y se nos fue antes…

-Para finalizar, -¿qué anécdotas rescataría de su vinculación con Pichon-Rivière?

-Una vez le dije: “Enrique vos sos como un padre para mí” (un padre intelectual) me miró a los ojos y me dijo: “¿Sabés una cosa? a veces quisiera ser hijo tuyo”. En el momento yo me desconcerté y después me di cuenta que me otorgaba el permiso de crecer y ser padre y él descansar pudiendo ser hijo.

 

Alfredo Moffatt es psicólogo social; Fotógrafo. Arquitecto. Entre sus publicaciones se encuentran: Estrategias para sobrevivir en Buenos Aires, Editorial Jorge Alvarez (1967); Psicoterapia del oprimido, Editorial Humanitas. Terapia de crisis, Editorial Ayllu SRL; En caso de angustia rompa la tapa, Editorial Astralib. Fuente: https://www.elsigma.com Agradecimiento: Emilia Cueto.

El verdadero pensamiento de Pichón esta reprimido (por algo será)

 Alfredo Moffatt

Enrique Pichón Rivière era transgresor, espontáneo, paradojal, él señalaba los absurdos, rompía los clichés, incluía lo dramático en sus análisis de la realidad. Por el contrario, el pensamiento que hoy circula de Pichón, es un Pichón formal, de frases ortodoxas, con clichés razonables, reaseguradores, su pensamiento perdió lo desconcertante, aquello que abre una perspectiva nueva, esa temática dramática que extraía de lo que estaba sucediendo y nos angustiaba en ese momento. Tomando esto como un hecho, decimos: por algo será.

Pichón era el escándalo, era el que contradecía a todos, como en el cuento del emperador y su maravilloso traje invisible que no era visto por quienes eran bastardos. Pichón pateaba el tablero y decía: «el emperador está desnudo» (seguro hubiera dicho «en bolas»). En esta época todos ven el traje invisible, pero además lo describen con las mismas palabras, todos ven los mismos dibujos en el traje, para no quedar excluidos del festival del engaño. Este momento histórico necesitó reprimir al Pichón-Heavy y sustituirlo con un Pichón Light. Porque Enrique era como el Fernet (que también tomaba), al que hay que echarle soda porque es muy fuerte, pero si nos pasamos con la soda, ya no es más Fernet (es como una Coca – Cola). Estamos demasiado asustados en esta crisis que desestructura la realidad, no nos conviene mirar los abismos, lo profundo de la existencia, especialmente el tema de la muerte (paradigma de lo negado en el post modernismo), tema que al elaborar, se logra el verdadero sentido de estar vivo. Tal vez en este momento social sea realmente funcional (sintomáticamente) reprimir todo pensamiento develador y por lo tanto, desconcertante. Tal vez al vernos hundidos hasta el cuello en este mar de mentiras, injusticia, violencia y corrupción, estemos tentados a decir la frase histórica… «no hagan olas» y por lo tanto tendría justificación piadosa convertir el pensamiento de Enrique en una papilla light posmoderna. Pero ojo, una cosa es tapar algo durante la tormenta y otra es negar que negamos (los lacanianos dirían forcluir). Debemos concientizar que lo reprimimos, podemos darnos una tregua y jugar a las palabras inofensivas, para negar lo que nos rodea, pero debemos recordar que estamos «stand-by», que nos da miedo revolver lo profundo porque hay tormenta. Pensar paradojalmente (Enrique decía a menudo: che… qué “parajoda”…) desafiar lo aceptado, las verdades tranquilizadoras, sería en este momento de apagón cultural, como «cambiar de caballo en la mitad del río», no conviene. Tal vez el consejo del general Perón “desensillar hasta que aclare”. El uso del pensamiento académico, reasegurador, formado por frases clichés, es útil. Toda cultura desarrolla las verdades ortodoxas, con explicaciones y frases ya hechas, sólo es necesario elegirlas para hacer una clase o un artículo sobre cualquier tema (sin partir de la temida realidad). Todo esquema estabilizador permite controlar el continuo cambio del mundo real, el carácter caótico del devenir, pero empobrece la verdad. Pero tampoco conviene exagerar la estabilidad del pensamiento, pues recordemos que la vida es fundamentalmente transformación. La creación lleva al desconcierto y Pichón era desconcertante, inesperado, con un humor irónico y tierno que hacía tambalear nuestras seguridades. Pero en este momento de descomposición social, lo absurdo, lo paradojal, está instituido como la norma. Esta que estamos viviendo, sufriendo, es una paradoja siniestra, no esclarecedora; el corrupto dice que hay que combatir la corrupción, los policías roban, la víctima es culpable y el que denuncia esto, es un delincuente. Lo que ocurre es definido por el poder como lo contrario (“la pobreza ha disminuido”, “garantizamos la paz”, y vendemos armas); de modo que son los mensajes esquizofrenizantes (descriptos por los sistémicos) porque es una paradoja que se niega, no como la de Pichón que mostraba la contradicción y la paradoja servía para el esclarecimiento. Pichón acentuaba lo absurdo, para que lo absurdo quede develado y se pueda, luego, resolver. Además le gustaba el escándalo, tenía algo de duende jodón, su humor era encantador. Su pensamiento era estético, tenía raíces en el movimiento surrealista que trastocó el arte académico de la época. Pichón era molesto para el poder, por eso lo echaron del manicomio y de la propia APA, (Asociación Psicoanalítica Argentina) que él había fundado, cuando los llamó «cafishios de la angustia».

  • Podes Leer  la nota completa descargandote el libro Homenaje  de forma gratuita

LOS PUENTES QUE CONSTRUYÓ ENRIQUE PICHÓN RIVIERE EN LA ARGENTINA Y LATINOAMÉRICA.

www.libropichon.com

Fuente: Libro «Psicoterapia de Crisis» de Alfredo Moffatt

Agradecimiento a  Alfredo Moffatt

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