Por Lic. Roberto Omar Carballo
Psicólogo Social
“La velocidad es, sin duda, la ideología de nuestra época. Aparece como el instrumento de dominio del espacio y el tiempo en un intento de alcanzar el nuevo mundo donde nos veremos librados de las frustraciones de nuestra existencia alienada”. EPR, 1967
Enrique Pichón Rivière fue un pionero en el campo de la Psicología Social en Latinoamérica. Su práctica clínica y su reflexión lo llevan a construir una Psicología Social de base psicoanalítica, centrada en el estudio de los individuos, grupos e instituciones insertas en una vida cotidiana históricamente determinada.
Siempre señaló la interdependencia entre el hombre y el mundo, que le sirvió para postular una psicología integradora de la vieja dicotomía entre el individuo y lo social.
Creo que el aporte más importante que Pichon dejó fue establecer un importante puente de comunicación y aprendizaje en nuestro país y en Latinoamérica por medio de la génesis, desarrollo e instalación de la estructura e importancia del concepto: “vínculo”.
Porque como él decía “la realidad de las cosas no está ni en el sujeto, ni en un objeto; sino en la interacción entre ambos, es el vínculo lo que determina la manera de considerar la salud mental en las relaciones”.
Pero no podemos desarrollar este concepto sin mencionar a uno de los personajes científicos más influyentes en los trabajos de nuestro maestro: Kurt Lewin.
Kurt Tsadek Lewin fue un psicólogo y filósofo alemán nacionalizado estadounidense, considerado el padre de la psicología social americana y pionero de la psicología social experimental, la organizacional, de la personalidad y la aplicada.
Lewin hablaba del vínculo como una nueva manera de considerar los hechos en el mundo.
Afirmaba que las ciencias sociales, a partir de la Segunda Guerra Mundial, iban a evolucionar, o al menos, se darían las condiciones para que esto sucediera.
Decía que las ciencias sociales manifestaban una evolución en lo que consideran, el “existente” o “realidad”, como objetos de análisis.
Expresaba su esperanza de evolución en la experimentación con grupos, la cual llevará a una integración de las ciencias sociales y a reconocer como realidad la totalidad de factores que determinan la vida en grupo.
Desde esta posición la “Teoría del campo social” se vuelve significativa para el análisis; las entidades que contiene el campo son interdependientes, dependen de la distribución de fuerzas que el campo acoge como otros elementos del análisis hasta el momento no considerados.
El interés de Pichon Rivière consiste en formular una teoría basada en las interacciones y el vínculo, y con ello superar la vieja antinomia entre individuo y sociedad, al modo de como lo hace Lewin cuando intenta superar la antinomia entre organismo/situación y el concepto el “campo”.
Para Lewin, la conducta de un organismo o un objeto estaba determinada por las fuerzas totales actuando sobre él. Es decir, estaba determinado por sus circunstancias totales y no por la tendencia innata o esencial del objeto u organismo.
Esta idea la traslada a la psicología, donde explica la conducta de las personas en función de su “espacio vital”, las influencias o sucesos psicológicos que actúan en un momento dado sobre determinadas personas. Se instalan los conceptos de “entorno”.
Vemos en Pichón Rivière este mismo intento que Lewin, y una similar preocupación por superar las antinomias y apuntar al espacio que queda entre los sujetos, entre el medio y el sujeto, entre el sujeto y el objeto, entre el sujeto y su situación, etc.
Es así como el concepto de “vínculo” le permite tomar aspectos de la conducta, hasta entonces desechados. Y partir del análisis de “campo” que hace Lewin para darle operatividad al concepto “vínculo”.
Dice Pichón:
“Esta teoría del campo fue sistematizada y desarrollada por Kurt Lewin. En ella se enfatiza la idea de que las conductas no dependen sólo del organismo y del medio sino de la interacción entre ambos. Podemos decir que no hay situación que no sea situación “para un organismo”, ni organismo que no esté en situación. La noción de campo psicológico formulada por Kurt Lewin designa la interacción entre organismo y medio como el objeto mismo de la psicología”. (Pichon Rivière, 1957, pp. 69-70).
Por tanto, el nuevo “existente” es el campo de la interacción: el vínculo, que fusiona al sujeto y el objeto y condensa las múltiples facetas de sus relaciones y, a la vez, sirve para superar la vieja antinomia entre individuo–sociedad (Pichon Rivière, 1957).
Pichon Rivière define ‘vínculo’ en términos de estructura, donde lo que importa no es uno de los focos de la dicotomía sino la relación entre sujeto y objeto.
El vínculo se presenta como estructura de relaciones interpersonales que incluye como centro de la actualización permanente de las interrelaciones entre sujeto – objeto (Pichon Rivière, 1957).
Por esos años (1956/1957) acuñó un concepto clave: Vínculo.
Señaló por entonces (Pichon-Rivière, 1956-7. p. 35) “…estamos acostumbrados a usar la noción de relaciones de objeto en la teoría psicoanalítica, pero la noción de vínculo es mucho más concreta.” Agregó: “La teoría de la relación de objeto del psicoanálisis es pobre al lado de la teoría del vínculo. La teoría de la relación del objeto sólo tiene una dirección, mientras que la teoría del vínculo señala relaciones múltiples, es un desarrollo psicosocial de las relaciones de objetos que hace comprensible la vida en grupo”. (Pichon-Rivière, 1956-7. p. 114).
El concepto Vínculo contó desde su formulación en 1956 con un alto grado de desarrollo, mostrando casi todos sus componentes definitorios:
sujeto, objeto, tercero, comunicación, aprendizaje, ansiedades, etc. Lo mismo ocurrió con la idea de “proceso en espiral dialéctica”.
Otros conceptos, algo menos elaborados por esa fecha, pero ya formulados, comenzaron su evolución. Tal es el caso de portavoz, emergente, grupo operativo, conducta, existente, nuevo emergente, contexto psico-socio-histórico, situación triangular, campo operacional, etc.
La relación grupo-portavoz podía constatarla, en términos empíricos, cualquier clínico experimentado.
La genialidad de Pichon-Rivière fue llevar esta observación al terreno teórico y desarrollar sus consecuencias. Le llevó diez años, por lo menos, transformar aquella observación en un conjunto de conceptos que pudieran dar cuenta de la pauta que conecta el proceso argumentativo interno del portavoz y el proceso interaccional externo del grupo y la sociedad a la que pertenece.
Para Pichon-Rivière la persona enferma no es un ser interferido sólo por sus objetos internos, como había enseñado el psicoanálisis, sino a la vez, por interacciones que tienden a ubicarlo como depositario de las tensiones del grupo inmediato y mediato.
El trabajo grupal operativo se combinó con la entrevista individual, la observación de campo y la encuesta social. La indagación de lo psicosocial en ámbitos laborales y la indagación de la opinión pública sobre cuestiones políticas, económicas y culturales se combinó con el análisis motivacional de algunos productos de consumo.
Hacia 1966 se planteó el diseño de un nuevo rol profesional, estrechamente ligado a las características de la teoría creada.
Psicología De La Vida Cotidiana
Es el nombre de una publicación de Enrique Pichón Riviere con colaboración de Ana Quiroga acerca del acontecer cotidiano e inmediato del ser nacional argentino. Tuvo su origen en una serie de notas encargadas por un semanario (Primera Plana) y que salieron publicadas entre abril del 66 y mayo del 67.
A comienzos del mes de mayo del 66 esta revista anunciaba la incorporación de Pichón Riviere a quien presentaba como “el más prestigioso experto en Psicología con que cuenta el país”.
A partir de ese momento y durante casi un año la sección denominada “Vida Moderna” llevaba la columna de Pichón. Tomaron como fuentes los diarios, revistas, los noticieros y el rumor de la calle.
En el contexto social de aquella época se produciría el derrocamiento del presidente Illia en junio del 66.
El libro fue publicado en 1970 y la primera reflexión es la vinculación de la Psicología Social con la política, haciendo explícita la consideración de esta disciplina como Crítica de la Vida Cotidiana, siguiendo la línea planteada por Enrique Pichón Riviere.
Se señala así a la Vida Cotidiana como ámbito por excelencia para revisar y construir esta relación entre psicología y política, y para estudiar cómo un sistema social produce sujetos aptos para el mismo.
En el texto se señalan tres abordajes teóricos a la vida cotidiana y todos realizan distintos aportes desde sus diferentes perspectivas:
- La perspectiva antropológica,
- la del interaccionismo simbólico y
- la perspectiva psicosocial.
Pichón toma de Agnes Heller el enfoque socio – antropológico focalizado en los problemas de conciencia e ideología.
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