Sobre el Puente de Pichón… Su legado

Por Ana E. Garay

«Decía Pichon; quien se entrega a la tristeza, renuncia a la plenitud de la vida, y entregarse a la tristeza es quedar con la mirada fija en lo perdido y no poder ver lo que nace, lo que vive, lo que crece y que es antagónico a esa perdida. Agrega Pichón que la tarea es entonces planificar la esperanza. Es decir reconocer el valor subjetivo de los proyectos. Hay muchos que hoy, aunque sufran no se entregan a la tristeza y luchan para gestar y sostener para sí y para otros la esperanza… …nuestro lugar desde la Psicología Social es estar al lado de esos… …y aportar nuestro esfuerzo y compromiso para que superando la fragmentación, integrándonos, aunemos esfuerzos en un movimiento que tenga sentido para hacer otra la historia.»

Ana Quiroga

Desde esta cita donde Pichon es hablado por Ana Quiroga empiezo el desarrollo de este escrito que titule “Sobre el Puente de Pichón… Su legado”

Ésta es para mí la mejor manera de homenajear a mi maestro, contar lo qué hacemos con su legado.

Trabajos sobre su trayectoria tenemos muchos. Pichon es hablado desde su vida, su trayectoria, su legado y sus anécdotas. Su historia desde lo más íntimo de su ascendencia, sus vivencias de desarraigo y migraciones, su encuentro adolescente con los escritos de Freud, donde él afirma que le abrió la cabeza de “indagar lo desconocido a través de lo conocido” y donde desde su propia historia fue al encuentro del arte y la locura.… Su vida rica en “accidentes” tiene que ver con un paso fuerte e instituyente sin dejar la herencia. Tiene que ver con la institucionalización del psicoanálisis en nuestro país hasta llevarlo a los hospitales. Tiene que ver con que fue miembro fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Tiene que ver con que fue perseguido, estigmatizado, difamado… más allá de que sus ideas y puesta en acto en experiencias enriquecedoras que apuntan a resguardar el derecho de los pacientes en salud mental, abarcan un amplio campo para el análisis y la reflexión, no solo en el trato con los mismos, sino en los modelos de intervención metodológicas de los tratamientos. Podemos afirmar que fue pionero en la humanización del enfermo mental y con fundamentos teóricos contundentes que así lo avalan. Toda su mirada instituyente no enlazaba con los intereses contextuales, hasta que decide alejarse de la institución psicoanalítica (APA), y fundó la Escuela de Psicología Social con su esquema conceptual, referencial y operativo… Nuestro tan preciado tesoro… Nuestro ECRO.

No obstante, parece que nada alcanza… Y hasta la fecha Pichon no tiene un lugar de reconocimiento como lo merece su obra.

Hoy más que nunca, nosotros como seguidores de la misma debemos sacarlo del lugar donde lo quieren dejar… Vivente Zito Lema, ha dicho en el documental de su homenaje, que “Pichon Rivière es el gran olvidado y que se merece esta pública reparación”. En ésto NOSOTROS tenemos una gran responsabilidad, no alcanza con las escuelas, no alcanza con seguir quejándonos que si el título es o no oficial, que si es légitimo… no alcanza. Esas son discusiones que deben darse hacia adentro entre los colegas. Pero infiero que hacia afuera tenemos que recrear modos de enlazarnos con los otros interdisciplinariamente. No cerrarnos y escucharnos entre nosotros. Tenemos que salir de la adaptación pasiva y cómoda que tenemos en el calorcito de la queja… No hay recetas… Pero tenemos las herramientas para mostrar y mostrarnos en un hacer ético sin meternos en cuestiones que no son de nuestra incumbencia.

Por todo esto agradezco esta invitación.

LOS PUENTES DE PICHÓN… PICHÓN PUENTE

No conocí en persona a Pichon, pero déjenme decirles que al habitar su legado siento una fusión con él enriquecedora para mi cotidianidad, hasta tal punto que muchas veces percibo que si estuviera vivo me diría tal o cual cosa. Cuestiones del sentir…

Pichon PUENTE… La propuesta de éste escrito fue “Los Puentes que Construyo Enrique Pichón Riviere en la Argentina y Latinoamérica” y en la mismidad de mi cotidianidad en todos mis andares siento que honrar a Pichon es transitar en la literalidad, esos puentes y a la vez ser puente con nuestra práctica. Para mí el título de esta invitación fue el disparador para ver por donde ando. Y es desde este posicionamiento que desarrollo este texto.

Así, caminando por los bordes voy haciendo mi propio recorrido y en él no dejan de abrirse preguntas tratando de ayornar el ECRO pichoneano alargando la mirada y contextualizando permanentemente. Como Psicóloga Social muchas veces siento que tengo quizás, todos los vicios de la práctica activa. Por eso me parece sumamente enriquecedor cuando podemos compartir en estos espacios los vericuetos de por dónde andamos.

Pichon tuvo la sabiduría de dejar nuestro esquema conceptual abierto… Porque es ése el mayor legado a nuestra formación, a mi entender. Hoy es el PUENTE que transitamos en el hacer de nuestras intervenciones.

He transitado ese PUENTE cuando me estaba formando en el desafío de ESTUDIAR e interpelarme con ese estudio. Lo transito en el día a día de mis trabajos en el desafío de un auténtico hacer haciendo lugar, no para Ana Garay, sino para la riqueza de la PSICOLOGÍA SOCIAL como una inscripción metodológica diferente y posible. Lo transito desde mis inicios en el escenario interdisciplinario en el desafío de sumarme a un colectivo de Salud Mental, donde parecía ser un polizón sin boleto. Transito ese puente psichoneano con la convicción de la construcción de Pichon en el desafío ético de un “OFICIO”.

Desde ahí me habilito en la transgresión en el recorrido y puesta en acto de todo mi trabajo.

Los escenarios que transite fueron varios, predominando siempre la direccionalidad de hacia dónde quería ir.

Es así que en todos estos años mi carta de presentación siempre fue un proyecto, esto de “planificar la esperanza”. Nunca fue el Título de Psicóloga Social. Pero el título aparecía en todo el proyecto. ¿Qué quiero decir? Simple. Muchas veces he oído a colegas, y estudiantes que hablan de la validación del Título de PSICOLOGOS SOCIALES. Y en primera persona me he peleado con Pichon por lo mismo… Hasta que entendí. No es fácil en un contexto que vales por la oficialidad de un Título, abrirse camino con el contenido de un saber. Pero desde que lo entendí, admire el desafío que nos dejó abierto nuestro maestro. Deje de pelearme y puse la energía de mi fuerza en poder trasmitir el “contenido de un saber”.

Así trato de compartir que la carta de presentación como Psicólogos Sociales es ni más ni menos que un buen PROYECTO. Diría que tenemos en nuestras manos la obligación de “reconocer el valor subjetivo de los proyectos”, al decir de Ana Quiroga. Ellos tienen que tener la humildad de sumar otros saberes porque en la soledad disciplinar nadie puede acompañar eficiente y eficazmente las complejidades de las diferentes problemáticas que se nos presentan. LA IDEA ES SUMAR Y SUMARNOS SIN ENTRAR EN INCUNVENCIAS QUE NO NOS CORRESPONDEN.

Desde este posicionamiento en el puente de Pichon, he escrito varios proyectos. Los he transitado, los he caminado trasgrediendo la mirada para que trascendieran. Adhiero a la idea que el mejor proyecto es aquel que puede seguir funcionando, más allá de la o las personas que lo diseñaron. O sea, ésos que logran la trascendencia. Desde ese lugar me vienen a la mente varios escenarios en los que he desarrollado proyectos que hoy siguen funcionando más allá de mí. Entre todos hago el recorte de tres que quiero compartir sintéticamente… Todos trascendieron… cruzaron el puente…

Ellos son:

1- PROGRAMA VÍNCULOS- Proyecto de contención, tratamiento y acompañamiento de situaciones de Violencia y ASI (Abuso Sexual Infantil) Este proyecto lo armamos interdisciplinariamente una abogada, un psicólogo, una T. S, tres TSPC (Técnicas Superiores en Promoción Comunitaria) y dos Psicólogas Sociales. Una quién relata Ana E. Garay. Este proyecto ganó el primer premio en “Experiencias Inéditas de Intervención” de la Universidad de Quilmes y fue publicado por el Hospital Ameghino. En la Actualidad, cumplió 21 años y sigue vigente bajo el nombre de PREVI.

2- AREA DE JUVENTUD- Este proyecto nace de una propuesta que me hacen de armar algo para trabajar con adolescentes y jóvenes. Fue un gran desafío. Lo primero fue ir sumando todo programa que tuviera que ver con jóvenes y adolescentes y relevar las organizaciones comunitarias que brindaban un servicio para esa franja etaria. En un año ese trabajo se convirtió en el AREA DE JUVENTUD de un Municipio y su primer labor fue el armado de la RED DE JÓVENES Esta fue formada por más de 15 organizaciones comunitarias, con más de 900 jóvenes participando. La inscripción de la misma fue un evento que hicimos con la participación de varios países latinoamericanos. El área sigue funcionando. Y muchos de los adolescentes de entonces hoy son profesionales que trabajan en la misma. Todo un orgullo.

Y por último

3- ESPEJOS CRUZADOS- Este es mi escenario actual. Mi pedacito de mundo… Acá necesito tomarme otro tiempo…

Como les dije, transite por varios proyectos con diferentes despliegues y grados de complejidad, pero tenía en claro la direccionalidad. O sea, tenía en claro hacia dónde iba, pero ninguna certeza de que llegaría. Esto hacía de mi viaje profesional un eterno desafío.

Para no perderme necesitaba habitar la Psicología Social, y para ello necesitaba estudiar. Necesitaba ser una estudiosa de nuestro marco conceptual y estar abierta a las diferentes corrientes metodológicas, disciplinares e ideológicas que atravesarían los andares de mi práctica.

Así llego, al escenario de Salud Mental, propiamente dicho. En ese entonces yo estaba en crisis con mi oficio. Acá sentía a Pichon cerquita desde su experiencia con los adolescentes. Esa franja tan vapuleada y que es sistemáticamente vaciada de derechos.

En otro momento les contaré el por qué de mi crisis que me había llevado a renunciar a mi trabajo, al igual que lo había hecho nuestro maestro. Renuncia que no me fue aceptada y deviene en la propuesta de ingresar al, en ese entonces, programa de Salud Mental.

Era un equipo grande, más de 50 profesionales, todos psicólogos psicoanalistas.

Me subí al colectivo sabiendo que tendría que mostrar mi boleto muchas veces, porque sería vista como el polizón… O por lo menos esa era mi escena temida.

Trabaje mucho, me capacite, hice pasantías en monovalentes y empecé a meterme en un sueño que parecía de otro, pero que comprendí que también era mío. Yo siempre cuento que cuando estaba en segundo año de la carrera, mi trabajo de campo fue “la depresión del domingo a la tarde”, que nunca encontré en el lugar que la fui a buscar… No hay casualidades…

ESPEJOS CRUZADOS nace de un sueño compartido entre muchos y pasó en su gestación por varias instancias hasta llegar a ser hoy, El HOSPITAL DE DÍA DE SALUD MENTAL y yo su directora.

Inscribir un proyecto en la comunidad, y que ésta se lo apropie, lleva tiempo y un proceso de implicancia que a medida que iba tomando cuerpo se debía ir tomando decisiones. Hubo una fundamental para mí, que fue desde que marco se construirían las intervenciones.

Si bien en todo momento se apunta a la interdisciplina, hay cuestiones que hay que delinear… y crease o no, acá está el punto por el cual acepte el desafío de este escrito. Ya sea por libre asociación o por asociación inducida, cuando empecé a delinear qué es ESPEJOS CRUZADOS, siempre hablé de él como “puente en la cadena de intervenciones interdisciplinarias”, donde los participantes pueden ir y venir por él libremente, entendiendo que en espejos siempre tendrán su lugar como ciudadanos en el ejercicio de sus derechos, como así también tendría un encuadre desde la Psicología Social y caminaríamos por ese puente con otras disciplinas.

Un puente con el encuadre metodológico de la psicología Social. Esto marcó una mirada instituyente para el sistema de salud donde lo estábamos instalando, pero no para la Psicología Social, porque Pichon esto ya lo había hecho. Pichon puente en el camino de la salud a la locura.

PICHON RIVIERE decía «La TAREA debe estar centrada en cómo lograr una mayor SALUD MENTAL en una comunidad específica situada en tiempo espacio»… Acá estamos en nuestro querido escenario de los espejos, aquí y ahora… en nuestro tiempo y espacio aunque a veces parecemos el «eslabón perdido, el barco fantasma de en un estado sin respuesta»… No obstante hicimos la inscripción, a la vista de todes intervenimos con nuestra tarea y vivimos con intensidad las propuestas de cada día.

En fin, yo he decido homenajear a Pichon desde mi humilde posición como psicóloga social contando qué hago con ese legado en el despliegue del oficio. Una vez leí que la teoría Pichoneana siempre fue una teoría de locos… No sé quién lo dijo, pero sé que somos hoy muchos locos Psicólogos Sociales que venimos transitando y co- pensando puentes con otros GRACIAS A NUESTRO MAESTRO.

Ana E. Garay, TSPC, Psicóloga Social, Psicodramatista, Supervisora, Docente, Coordinadora y Directora del Hospital de Día de Salud Mental ESPEJOS CRUZADOS.

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Los Puentes que Construyó Enrique Pichón Riviere en la Argentina y Latinoamérica.

www.libropichon.com

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